domingo, 8 de enero de 2012

06-01-2012



Al fin me siento yo. Yo mismo. Para sentirme bien sólo necesitaba reflexionar en soledad, y sólo la maldad, la tristeza, el aislamiento y el abandono me empujaron a recogerme a mí mismo.

Para volar-andar-bucear sólo preciso sostenerme a mí mismo (en mi interior, en mis pensamientos y sentimientos, no reprimirlos e impedir que otros lo hagan), volver a mi culto sagrado, mi meditación de poder, mi empatía, mis impulsos de vida, amor e imaginación.
Debo ser como el agua, para evitar toda frustración, debo dejarme ser y fluir sin trabas morales o filosóficas, debo dejar fluir la lava de mi vida, en lugar de sofocarla para que me mate por dentro.
Debo ser yo, yo mismo, "Yo Soy lo que Soy" y andar hacia donde mi esencia e imaginación vuelen, hacia donde mis pasiones se aviven y mi arte florezca;

Hoy me proclamo libre, libre de la tiranía de mí mismo, libre de las ideas ajenas a mi ser y a mi esencia, libre de imposiciones ajenas a mi propia esencia (aquellas de las cuales se originan en mi esencia no son imposiciones sino impulsos sagrados hacia la Vida), libre de la ideología ajena y de sus costumbres, reglas, códigos y coacciones que les acompañan. Seguiré mi propio Código, que es honorable y superior a cualquier código vigente en mi mundo inmediato y presente.

Ya no más me someteré a designios ajenos a mi espíritu y a su deseo de vida profunda y aventura. Ya no más seguiré caminos ajenos o la marcha social, si no es por curiosidad, interés o inspiración.
La Muerte, , es mi promesa de libertad, no hay nada que pueda atarme, esclavizarme o dirigirme. A través de del enorme poder que me otorga la Muerte, y del hálito viviente que me anima, Yo Soy el amo del Universo, incólumne, inmune a toda dirección, sigo los vientos que emanan de mi corazón.

Y así, como un planeta es una estrella que no ha podido emanar luz, y nosotros, somos su única luz, así soy yo, la luz de una estrella, la luz de una estrella que no pudo ser como sus hermanas, mas tiene su brillo particular en nosotros. Yo guardo esa Luz y la sigo, sigo la vida que me engendró con la pasión de quien sigue su naturaleza más sana sin ignorar ningún aspecto de su Espíritu.

Y al fin florezco, en la dirección que me devuelve las ganas de vivir.

Llama de la Vida, llama de la Estrella, mientras tú ardas, yo ardo. Nada es para siempre y sólo a tí/mí sirvo yo.

Yo Soy Lo Que Soy.


L.

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