viernes, 30 de diciembre de 2011

Para Siempre


¿Y qué si quiero poseerte
una vez más gimiendo en mi falo?
con fuerza los brazos sostenerte
arrastrándote mientras impalo

Muchas rosas negras
en mi alma florecen,
tejidas en venenosas hebras
crecen, al son de mis pasiones

Rugiendo como los cañones
arde mi cuerpo llameante,
deseando consumir tu bosque
¡Ay el recuerdo ardiente!
recuerdo el sudor y el almizcle
poderosos afrodisíacos,
entrelazando nuestros cuerpos
con calores demoníacos,

Recuerdo las estrellas caer
en nuestro lecho,
recuerdo los sueños en mi pecho
dando alas a nuestro arder,

Y tus labios fogosos
cuya lengua acompañaba,
así oh, ¡orgasmos hermosos!
en los que tu mano ayudaba

Recuerdo inviernos más calientes
que el más feroz verano,
así pues cada vez que te sientes
recuerda aquello duro y lozano,
que tu espíritu calentaba
a la par de tu carne firme,
mientras mi mano acariciaba
rogabas verme
una vez más mientras desnudaba
este sol
en mi pecho,

¿Acaso puede un hombre ocultar un incendio?
ah, pero si de mi profunda noche el estipendio
nunca acaba al tratarse de amar
no nos separará océano ni mar,
me perteneces y te habré de penetrar;

No será, cual la noche penetra en el día,
ni cual el río en el mar,
como cuando tu cuerpo dormía
así te habré de tomar

Seré el volcán penetrando en el cielo,
seré furor y amor tomando tu pelo,
seré la espina del recuerdo al dormitar
seré aquel de cuyos besos jamás te podrás borrar,

Como una flecha quebrada y serrada
nos llevamos en el corazón
esta sangre en mi boca arde
sabor dulzón a mi amada.


L.

Per saecula saeculorm

miércoles, 21 de diciembre de 2011

CIELO NEGRO


Hay un Cielo Negro
Yo tengo Sed;

Hay un Cielo Negro
los truenos bailan
reverberando mi piel;

Hay un Pantano Negro
cuyos sauces dejan caer
sus tristes cabellos
en el río podrido de mi psique;

Hay un Pantano Negro
por cuya tangente fluye un río,
Un río donde los muertos viajan al mar...

Y hay un Amanecer Luminoso...
cuya aurora destila luces que son como veneno
distortas y deformes
por las vapores de la ciénaga:

Y yo soy La Estrella
que lleva el mundo a cuestas

Por mis sienes resbalan, como manantial matutino,
las lágrimas del mundo que,
oprimido,
no para de berrear
y gritar guerra,
vociferar odio
y sentir egoísmo

Dejadme ser libre
o matadme sinó...

L.


Adversus solem ne loquitor

martes, 20 de diciembre de 2011

Lacessit



Cuál es el sentido
si no es la Muerte,
cual es el gemido
si no es el dolor

Qué camino el que uno anda
rezando y pecando maliciosamente
todo en nombre de Sananda,
engañando la propia mente

A golpes quiero purgar
la hipocresía sonriente,
a fuego quiero purificar
al aprovechado malviviente

¡Hermano! ven a mí con brazos abiertos
te recibiré con puñetazos violentos,
escupiré en tu rostro
más allá de tu descendencia

¿Qué necesidad hay de la violencia?
pero claro, del mundo es parte la muerte
aquí o allá en Marte
Thánatos hace fluir los estanques;
fluir a punta de estoques
de bala, cuchillo y veneno,
ay así habrás de alcanzar el Cielo
antes de que sus puertas se cierren;

Y me preguntas los ángeles si vienen,
vienen,
con alas negras como la noche
y espadas fulgurantes
cual mi azabache
corazón,

¡Vengaos ángeles!
no hay lugar para tanta maldad
entre las ciudades y personas
desborda llena de insensata frialdad
acabando con la bondad

¡Vengaos! clamad una guerra
alzaos ustedes, los silenciosos,
erizad las armas en toda la Tierra
feroces como osos
tomad venganza de los impíos
los hipócritas
los tibios y los aprovechados
barredlos, deben ser limpiados;

Y Se Alzará, brillando más que cualquier Sol. Se Alzará y llamará a todas las almas al Juicio, hasta los Justos sentirán arder su piel ante la luz de Su Justicia.
Y los llamará, sí, las montañas se postrarán, temblando de miedo ante Su Faz. Los injustos desearán no haber vivido o haber muerto definitivamente. Pero no. Hay otra vida después de ésta, y sereís llamados hasta del mismo polvo, a rendir cuentas ante Su Presencia.

Y así os llamará el fuego. Un fuego tan intenso que explotará a todo momento. El gran océano de llamas estará hecho una furia, lleno hasta el desbordar de los injustos. Sufrirán cada instante como el primero, sin poder acostumbrarse. Un fuego se apoderará de su corazón y la esperanza les abandonará para siempre.

Su crueldad, será recompensada con una crueldad más profunda que los abismos del espacio.
Sus castigos sobre el mundo, serán recompensados con el castigo de Aquel en lo Alto, quién es el más fuerte castigando.
Su ambición insaciable, será recompensada con un fuego insaciable, que nunca se agotará de recibir su tristeza, su desamparo, su desolación ni su desesperanza. ¡Se alimentará por siempre!

Sus ánimos simpáticos, elevados como un Febo resplandeciente, llamando a la risa y la sumisión, serán recompensados con una constante humillación.

Oh vereís, que toda Luz tiene su Sombra. Y cuánto más alta aquella luz, más larga será vuestra sombra.

Y ruego que sea hasta el infinito, nadie se merece más ese castigo, que nuestro género humano.
(Qué consolador para el alma, es leer sobre el Apocalipsis).


L.

La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. F.N.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Victoria II


La ciudad dormía,
noche fresca de verano,
mi alma repetía
"sé que yo La Amo"

Tiene cabellos lacios azabache,
ojos inabarcables los de mi amada,
mi corazón cual broche
lleva prendido de su mirada

Mi pecho late fuerte
cuando me asalta su recuerdo,
de a ratos ansiando la muerte
el amor solo no es cuerdo

Sus labios eran la flor
de mi consuelo,
la razón es el amor,
florece en mi suelo

Sólo una única semilla
en mí ha germinado,
sin ella soy desierto
rugiendo bien caldeado,

Ella era mi fuego en los inviernos
la esperanza de un futuro
que llegó a los avernos,
y mi centro ya impuro
se deshace maldecido
en llantos sin lágrimas,
ni sonido

Océano ha sepultado
el hilo de los espíritus nuestros,
aún siendo tu ser amado
soy tan distanto como los astros;
cuando es tanta la lejanía
poco importa la distancia
infinito o mil, es lo mismo,
nos separa un abismo

Mi boca se cierra
y mi alma espera
el recuerdo es consuelo y dolor
y solo de tí espero el amor
en silencio
como una tumba;
ojalá fuera de hielo
y el sueño propiciase
para resucitar así
cuando tu amor regresase.


L.


Je vous aime avec tout mon coeur

Mais mon coeur est malade par ce que tu est absent

Je vivre pour toi

Per aspera ad nihilo


Aquí vienen los sentimientos
cual una lluvia de lanzas,
mi alma se llena de aspavientos
viendo rotas las esperanzas,

Un cielo enfermo de mí se ríe
mientras el desánimo
carcome mi molicie,
Dios magnánimo
de la muerte atroz
dale a este moribundo del alma
renacer veloz

Los ánimos se vuelven siniestros
al caer de nuevo en la prisión
donde no veo ni los astros
ni mi espíritu me vibra una canción

Sin pasión y apagado
me golpeo en una celda,
Abstenir lo reventado
una vez más me suelda
a mi cuerpo cual parásito,

He perdido
la parte inmortal de mí mismo
y todo cuanto permanece
es bestial

Sin pasión y apagado
orino sobre ambiciones,
las ideas y sus embriones,
bajo el ánimo malvado
mueren
miserablemente,

Echo a perder camino andado,
y los años caídos de mi mente
en la nada desperdiciado
el Tiempo, jodidamente,

¿Quién quiere probar
la más dulce de las recompensas
que aguarda a los mortales?
Sólo Yo,
los Insensatos
y los Locos

Alabados sean.


L.


Per aspera ad nihilo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Pasiones Euripideas


Una vez conocí una mujer bendita por Cipris, la amante de Marte.

Tenía cabellos rojos como un fuego de ocaso
y su pasión acercaba tanto a la vida que parecía la muerte
la Diosa le dió sus dones, amor incansable,
labios tentadores como las frutas de verano
cuerpo incansable, joven y lozano,
y por qué no, algunas flechas, del mortífero Eros, Señor del Mundo.

Con sutileza y sin palabras, seduce como un perfume
no recuerdas si fue el cuerpo o el alma lo que hacía espume
es un dulce veneno
de mi boca despegándose
como mis dedos buscan tentarle

Bendita por Cipris! soldado de Eros!
no tengo ojos ni peros
que resistan la sutileza
de esas flechas
que hunden reinos y dioses
por igual y sin final

U
na vez conocí una mujer, bendita por Cipris, la amante de Marte,
y esposa de Hefesto, el forjador,
fuerte como la Muerte es el Amor,
conquistador y destructor
de vidas

No toques lo desconocido
fulgor perdido
en un aroma dulce
de labios rojos como Circe
la encantadora

Oh aliento sin final
que cubres mi boca y abres mi espíritu
fatal como sus labios
y su mirada abismal

Me lanzo como a Cocitos
como un condenado al abismo
haciendo un cisma
entre profano y bendito
¿quien resiste
esta dulce miel,
tan profunda llamada
andando como una llamarada
en alma y piel?

Los dedos desean recorrerle
los labios amarle
unos centímetros de adoración
a gemidos dedicarle una jadeante canción

Y una espada, fulgurante brillo,
levanta el vuelo de mis dispersas luces
tras el cortinar yo chillo
ilusiones rotas y partidas cruces
cayendo así voy de bruces
por un camino de soledad
debilidad
y arrepentimiento

¡A mí, Bóreas!
hunde mi barco y mis pasiones espúreas
no soy quien para acostarme
con quienes seducen
a los dioses

Qué tan poderosos los dones
de Cipris aúrea conquistadora
y si sus ojos remolones
conquistan mi voluntad
como una cobra del Egipto
es porque ¡ay, mi alma es un trapo
al lado de la Diosa!
ni el Señor del Rayo y el Cielo
puede evadir sus flechas
¿quien soy yo para escaparme
por las derechas?

Camino por un camino tan dulce
como amargo,
tan celestial como infernal,
tan ardiente como es frío,
tan bello como monstruoso,
tan excitante como perverso,

Y si cargara a través del puente
cruzando del otro lado
¿con qué rostro veré
mi alma cobarde?
Permaneceré
donde las flores crecen
y son húmedas
de carne.


L.



Cipris, devuélveme mi amada que está al otro lado del mar...
O no volveré a honrarte.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Qué es el Hombre


¿Qué es el hombre?
¿Qué no es?
El sueño de una sombra es el hombre

Una mota de polvo
Flotando al cosmos

Instante ahogado
Entre titánicos eones

Sueño angustioso
Cual fluir de un río
Apágase al olvido
Inmenso y brumoso

Tiempo todo engulle
Gran mar embravecido
Alma es quien huye
Deseo no haber existido

¿Qué es el hombre?
¿Qué no es?
El sueño de una sombra es el hombre

Ansía un brillo irrelevante
En un mundo que se apaga
Desespera, cuando rezaga
Vanagloria, cuando galante,

Distracciones y caminos
Alejando del Recuerdo
¡En eso gasta el hombre
Su exigua existencia!

¿Quién puede detener
La descendente pelota?

¿Qué es el hombre?
¿Qué no es?
El sueño de una sombra es el hombre
Ansiando despertar
Soñando dentro de un sueño
Con la Libertad


L.


Ave Deus! Morituri te salutamus

sábado, 10 de diciembre de 2011

No Muestres Tu Dolor


La más dura de las leges
conservar el silencio,
la más impura de las heces,
sincerar el aliento

Un corazón se consume
sin mediar palabra,
el amor se subsume
cual sacrificio de cabra

¿Es amor destazar
el alma a cada momento
exigiendo sin sacrificar
en nombre del sentimiento?

¿Es amor ocultar
por amor sufrimiento?
es sentir como el mar
apagado escarmiento,
cual submarina corriente
se empeña en matar
sin evidencia evidente,

No es derecho estar triste
a rostro visible
el amor es temible
y al verte perdiste

¡Venid a mí lágrimas y desconsuelo!
aún sin derecho a llorar
quebrándome al suelo,
tomaré mi hondo penar
dando final a mi estío

Seré invierno,
en cuerpo y en mar,
seré averno
frías llamas de andar,
si no me detengo
me habrás de encontrar
entre el fuego, entre el frío,
perdido en mi penar

Y, si el coraje me toca,
impía mi roca,
atrevida y al abismo
mi alma buscará mí mismo
de un salto fiero
y fatal,
estaré muy solo
ya sin bien, ni mal


L.


Bis interimitur qui suis armis perit!

(Me perdono...)


viernes, 9 de diciembre de 2011

Juventud


Es una lucha
entre el ser
Y el deber
alma escucha una canción
De tentación

No tienta deseo enfermo
sino real ansía
como alimento necesidad mía
salir del averno

Quisiera ser,
libre como una tormenta,
cual sol arder
como mi corazón sienta

Extraño yo la impudicia
de mis días jóvenes libres,
cuando inscribíamos con pericia
en tótem libre
los corazones ardientes

Con deseos ardientes
por las cosas puras,
tentado y amado por linduras
actuaba revestido
de alma y de sentido

Sin la impureza
de mantener la apariencia,
ser con simpleza
lo que dicta, sangre espesa,

Ser auténtico
cual cielo y mar,
benéfico
y relajado trajinar

Juventud a mí eterna
un ala en cada pierna
echa a volar mi poesía
sosegando mi noche
plenando mi día


L.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Ed


Sé que soy un ser fallado
un pequeño caído
de poca estirpe e importancia
corta será mi vida y estancia
si la fortuna me sonríe
por mis muchas fallas

Pero aprecio a mi amigo
por sobre todas las cosas
ha estado conmigo
en las sendas espinosas

Ha sabido mi alma iluminar
en instantes oscuros
ha echado andar
conmigo en pensamientos impuros
y con paciencia
me devolvió la razón
y el aprecio por la ciencia

Andando por una callejuela
tan oscura como elegante
donde lo antiguo es aún centinela
de un vestigio de lo galante
en cada fachada,
fueron nuestras mejores épocas
pequeña bandada
de aves sin nido

Y esta noche yo digo
que la soledad sería completa
si no tuviera mi amigo.


L.


Ad multos annos!

martes, 6 de diciembre de 2011

Enfermo


No hay lágrimas más puras
que aquellas reclamantes de amor,
nuestras almas desiertas llanuras
donde solo crece el dolor,
y el beso es la lluvia
el sol las palabras amables,
los abrazos la vía
de caricias nobles
y sentidas;

¿Qué no ves acaso
resistiendo y luchando tanto,
te espera un trozo de cielo al caer el ocaso
cuando de la calle entras a refugio santo?

De todas las riquezas que existen
los besos apasionados son de las más raras,
de todos los conocimientos que viven
ninguno más valioso que las queridas caras
de los seres amados

¿Qué lucha vale algo sin el amor?
esfuerzo y dolor
¿por las vanas glorias del hombre efímero?
¡hasta las estrellas serán engullidas por la Eterna Oscuridad!
tu amada no es última sino primero
no por su gracia, no por su beldad,
por su amor intenso y devoción
reclamando cuidar las esquinas
de tu corazón
acorazado y con espinas
por soportar tu sacrificio

Déjate caer rendido
al llegar a tu Morada,
relaja en tí tu corazón partido,
y que tu mano suelte su espada,

Entrégate a tu amada
que sabrá reparar las piezas
de tu oscura panoplia
este mundo de Embolia
enloquecerá tras tus puertas
más ajeno será a tu Casa
palabras más ciertas

Rojo todo rojo es el color de tus consuelos
bajando por tu pecho entre besos están sus pelos,
desconocido amigo, hermano,
¡no seas débil y por eso insano!
disfruta tus tesoros ignotos
de los cuales tantos carecen,
no dejes corazones rotos
ni hijos que sin ti no crecen,

Toma en tus manos el cielo
más no olvides, te ama con celo,
ve con los pies firmes en el suelo,
más recuerda quien es Consuelo,
único e inquenbrantable

Quien desea un instante
para entregarte amor,
y cuántos se deseperezan por las mañanas
en las soledades profundas,
sabiendose a solas, con su propia conciencia,
que nadie les ama
ni les espera con paciencia

¡Qué terrible ha de ser!
el destino de esos desdichados
esto es lo que has de ver
para apreciar tu afortunado


Destino.


Nada de lo que tengas
Nada de lo que logres
Nada de lo que alcances
Nada que acumules
Será para siempre.

Todo tiene un único destino final.
No lo olvides,
lleva ese pensamiento en tu corazón.
Y lo malo caerá tras de tí
como las gotas
de una mala lluvia.



L.

Amor est vitae essentia


Aegri somnia nihil est...

Señor de los Mundos


Alabado seas Señor de los Mundos,
El de la Penetrante Mirada,
Aquel que no son tres, ni dos,
sino Uno, Ojo de la Alborada,

Alabado seas, Señor de los Largos Brazos,
Cuya Mano todo lo alcanza,
del cual no somos sino retazos,
indignos de Tu Estancia

Alabado seas, Vencedor Eterno,
señor de la Muerte y las profundidades
del Espíritu Eterno conquistador,
dador y destructor,
de horrores y beldades

Alabado seas, Señor de la Vida,
permíteme ágil partida
y dame tu Bendición,
y la nota final
de mi canción:

Yo Soy
Lo que Soy
He aquí mi principio
He aquí mi Final
Por Siempre y Para siempre

Perdóname, Señor de los Mundos,
en mi arrogancia quise ser un hombre,
ruego ahora ser acaso
una montaña
un viento
o una estrella
o acaso una bacteria
apagándose en un suspiro.



L.





"El Mensaje Sagrado dice.... Tan arrogante fue el Hombre, que cuando el Creador preguntó quiénes querrían probar que serían buenos, los animales se escondieron y las montañas temblaron de miedo. Más el hombre, arrogante y falto de sabiduría como es, se arrogó encima suyo la más dura de las pruebas. Cambiando una existencia de paz, por la conciencia de sí mismo y las potestades divinas creadoras.

A un alto precio."



lunes, 5 de diciembre de 2011

Traidor



Hoy vi un poeta tan perdido,
como yo, solitario bailando
en medio de una pista, sin sentido
ni razón de ser, desgraciando
lo que él es

En sus ojos creía alguien prestaría
su atención, sin saber que solo yo vería
que allí había un poeta.

Sólo un poeta sabe reconocer a otro
solo un lobo solitario sabe encontrar a otro solitario

Pero no me le acerqué aún necesitando
amigos como yo, en el exilio,
preferí abandonarle y dejarlo andando;
me hubiera clavado la daga sin venir en mi auxilio

Como lo hacen todos

Abandono al poeta y al vagabundo,
abandono al honesto y al inmundo,
abandono todo y todos
pues todos portan la misma Mancha
que los hace humanos
y los hace traidores.



L.






No olvideís como traicionasteís a Aquel en lo Alto, en su propio Jardín.

La Vida es un Sueño



Él vio la oscuridad reinante, el silencio que se cernía amenazante, las luces de la ciudad, demasiado pacíficas para calles tan desiertas y tomó una bocanada de aire helado de invierno, mientras sentía los dedos entumecidos de sus pies. Era una noche perfecta.

Su mirada se perdía, como si observara el ambiente y el cielo a la vez, aunque en verdad su mente estaba por fuera de sus sentidos, presente sólo en la más mínima expresión para conservar el vínculo con la realidad.

“Si Dios fuera clemente y misericordioso…” el pensamiento quedó incompleto en su mente, mientras por ningún motivo en particular se detuvo a mitad de cuadra, en una calle pobremente iluminada, de un barrio tan caro y exclusivo, pero cuya pequeña vena se había quedado en el tiempo y la obsolencia.

Miró el suelo esta vez, con la misma fijeza característica del andar reflexivo, y completó la frase “Todas las situaciones adversas o no, que me llevaron a ser lo que soy, no me tendrían acá. Todo cuanto me hizo lo que soy, en parte lo elegí, o eso creo aunque sé que no es cierto, ya que tantas cosas han condicionado mis decisiones; un número inabarcable de hechos, eventos, personas, y por sobre todo, ideas”.

Una figura se acercaba, él, detenido, aún mirando el suelo. Miró su palma mientras esta se acercaba a su pecho en dirección a su otro brazo, la mano contraria se deslizó con extrema suavidad por la muñeca chocando con la parte fría del mango, y luego los dedos, pulgar, índice y corazón se posaron risueños sobre la suavísima textura aterciopelada.

La figura continuó sin titubear, llevaba una proporción de colores donde el negro tenía una avasallante mayoría, pero por sobre todo, el escudo dorado en el gorro, daba la inequívoca sensación de la profesión de quien se acercaba con paso firme a la oscuridad más silenciosa.

Ni un auto se escuchaba, en la esquina, dormitaba a medias un cansino kiosquero bajo una luz color morgue, poco apresta a sostener una vigilia.

El suboficial se detuvo. La mirada subió desde el cinturón, saltó de botón en botón hasta llegar a un mentón canoso, unos labios oscuros de fumador, una nariz picada y cuando sus ojos se encontraron, ah, profunda inmensidad, como el océano abierto, brillando en la noche despejada, frente a quien lo mira, asediado por un viento helado llegando a los huesos.

Una línea plateada cruzó el aire, su mano parecía que hubiese presentado a alguien a su derecha, más el brillo duró un instante. De nuevo regresó la mano, con presteza, diligencia y como si de algodón se tratase, la fría plata descansó sobre su muñeca una vez más. Continuó su camino.

La figura cayó de rodillas, intentaba decir algo; luego cayó de frente, goteando. “No solamente los rostros tienen el mapa de la vida de las personas”, pensó, taciturno, con la mirada ausente nuevamente sin ningún punto de fuga, También quieren decir algo, sus piernas, su ropa, su postura…la historia pasada, presente y futura de las almas está escrita en los cuerpos” ; y entonces prosiguió, tras una breve pausa, sus pensamientos tomando forma de un sonido grave y terso, como un maestro hablando íntimamente con un alumno, compenetrados en la antigua búsqueda de la sabiduría; “En esos ojos había tristeza, en esos labios había un rictus, una rigidez, en esa piel había el cansancio acumulado del no poder ser.”

“Al instante hubo una sorpresa, pero fue una marca momentánea, lo verdaderamente auténtico, fue la sonrisa. La tensión de la sorpresa fue como una leve y única corriente sobre un pequeño lago. Y la sonrisa fue como una piedra lanzada sobre el mismo, fue el alivio eterno e inconmensurable, fue la libertad tomando forma y dando la última marca, la marca imperecedera de la muerte.”

“Y así fue el fin de su marcha, en todo sentido que quepa nombrar.”

Y sonrió, como pocas veces lo hizo.

El camino seguía, pasando por los portones de hierro, pintados de azul, de una gloriosa casa de antaño, devenida en escuela y empresa a la vez. El viento, suave, era cabalgado por un frío que podía sentirse en los globos oculares.

La vida es un sueño, una ilusión cuyo velo se aparta frente al conocimiento, aquel aire sin consecuencia que todo lo puede saber, más nada puede cambiar. Y toda consecuencia que el conocimiento crea, se le llama historia, más la única verdadera historia que vale contar es la que permanezca por toda la eternidad; Más, ¿Qué existe que perdure por toda la eternidad con certeza para el hombre que se aferra al conocimiento como su única salvación y vida?”

Se detuvo en una esquina, mientras su voz continuaba, baja y constante, dialogando con el aire invernal.

“El conocimiento es tan sólo una certeza sobre lo que es en realidad pasajero, aunque para vidas tan ínfimamente cortas como éstas sean varias eternidades, y por ende, conocimientos válidos y útiles…Pero más adelante otros continúan la obra, y entonces, casi nadie se da cuenta, excepto la más pequeña de las minorías, que mientras las generaciones pasan han sido atrapados por las obras del pasado y las necesidades que éstas engendraron. Y así entonces, lo único que vale es aquel primer movimiento que empujó estas fuerzas en marcha

“Y entonces…” Extendiendo su brazo mientras aquellos vehículos tan comunes, de negro y amarillo, se desplazaba a velocidad fúnebre a media cuadra, continuó diciendo “…esos pocos seres humanos toman consciencia de su prisión, de fuerzas históricas que los arrollan y los transforman en esclavos, de repente, ya no pueden ser ellos mismos, ya no pueden ser seres individuales, sino ser parte de algo…”

El automóvil se detuvo, sintió el helado contacto de la manija de la puerta, y luego el alivio del confort, al apoyarse en un asiento pensado para descansar los músculos del cuerpo humano.

“…” la expresión muda del taxista mostraba el signo de interrogación en la expresión de un rostro sin voluntad de habla, que observaba tras un espejo retrovisor.

“Maneje” fue la respuesta. Y entonces continuó hablando.

“…Y en todo lo que ellos son, ven lo que ellos saben, lo cual es una tautología entre el ser y el saber…Y el saber es la bola de nieve que es de todos y nadie a la vez, uno puede ayudar a empujarla para que aumente su tamaño y su fuerza de trayectoria a través de la historia y las almas, puede no hacer nada, pero resistirse jamás, pues todo lo que es está en esa pelota, y pensar por fuera de ella sólo es motivo de angustia”.

Luces blancas y azules se alternaban en el interior de cuerina del vehículo, provenientes de aquella fatídica cuadra, al pasar silencioso y taciturno el conductor por la zona.

“Oiga” dijo el taxista, “Si a mí me habla no le entiendo un pepino, no sé si está loco o qué, pero dígame adonde va y más vale que tenga con qué garpar, no me estoy cagando de frío por amor al prójimo precisamente”. Y cruzó la avenida, doblando hacia la derecha y acelerando hacia una zona más provechosa e iluminada.

“Y quienes llevan el pensamiento a la acción, son perseguidos y asesinados en tanto y en cuanto, como todas las cosas de la existencia, no pueden separar su ser, de su pensamiento, y por ende, comienzan a cambiar partes de su ser; al no tener un ser verdaderamente individual, al cambiar su ser, lamentablemente cambian a otros, y esos otros pueden afectar a terceros, por ende, la respuesta no tarda en hacerse llegar. Ninguna fuerza en movimiento está dispuesta detenerse y peor si se le ofrece resistencia alguna o se intenta cambiar su curso.

Y en particular, el principal problema son aquellos cuya vida está ensamblada alrededor de dicho movimiento, a tal punto que no perciben su avanzada, sino que lo experimentan como el estado homeostático de la existencia, por ende, cualquier acción por fuera de los canales permitidos hacia el avance de esta fuerza ancestral, oscura y milenaria, cuyo origen se desconoce y no se quiere conocer ni dudar, es reprimida sin demoras y de la forma más silenciosa posible. Se la intenta matar con el olvido y la prescindencia, después de despojarle de todo aquello de valor de lo que pueda ser despojado.

Y entonces así, lo único que le queda a aquellos que ansían la libertad, es darle la libertad a quienes no quieren abrir sus ojos, y detener esta locura de una vez por todas (…)”.

Una voz furiosa interrumpió el “diálogo”. “Te bajás, pelotudo” tronó el taxista, frenando de golpe y a destiempo. “Y son treinta pesos” agregó, ladeando su rostro apenas un instante, para que su voz y su autoridad se proyectasen con la firmeza de su reclamo.

“La felicidad – le retrucó – “es algo más que las delicias de la prisión vuelta un horizonte para una vista mental de tanta ceguera voluntaria” Y con tres billetes de diez en la mano derecha, a la derecha de la cabeza del conductor, emergió su mano, mientras la izquierda emergía, veloz como una víbora por el izquierdo.

Rápidamente tomó los billetes con su mano derecha, sus cachetes fofos girando con todo su esfuerzo para permitirle ver aquello que agarraba a sus ojos. Al momento de tomarlos, mirándolo con un solo ojo, se limitó a gruñir: “Bajate”

“Elévate” le dijo la voz, y la mano derecha tomó su mentón, mientras la izquierda lo sostenía del cuello hacia la sien, todo en un instante veloz como una víbora, donde el brazo izquierdo avanzó lejos del cuerpo que le propelía, y el derecho, hacia el cuerpo que le daba vida. La nuca se quebró en un instante, con una serie de sonidos armónicos, que retumbaron en las baldosas aledañas.

Cerró la puerta tras de sí, sintiendo nuevamente el frío entumecedor en los dedos, subiendo por el pavimento, atravesando su calzado con una facilidad pasmosa.

“Y sé libre. Elévate y sé libre”

“Tu felicidad sólo puede ser en la medida de tu libertad”


L.


¿Por qué tan serio? Pongamos una sonrisa en ese rostro.