lunes, 24 de diciembre de 2012

Veinticuatro



Lo que son es herramientas de negre,
sobrios u embriagados
de ánimo funesto u alegre,
amados por igual que despreciados.

El mundo y su falsa alegoría
una fiesta constante al final de la caverna,
por el Reino sin una pierna
camina el laborioso día.

La noche guarda el único consuelo
cabalgan la Muerte, la Belleza y la Locura
bajo el oscuro cielo
la única vida pura.

Entre meditaciones de Hastinapura,
tragos insondables de vino, reflexión,
brindis eterno y auspiciosa genuflexión
ni el deseo o la angustia me cura.

Diez mil años de filosofía y reniegos
para ver explotar un cohete,
 para ser un esclavo en un mundo de ciegos
y llevar una vida por otros al cuete.

Me toca ser herramienta
¿más como domar mi corazón
que no teme de la muerte el azadón
y con nada escarmienta?

Yo soy el cielo nocturno
partido por fuegos navideños,
veinticuatro y taciturno
asesino mis empeños...

Vacío, una vez más
que el fuego se eleve hasta el final.


L.

El soñador está despierto.