Una oscuridad imperante se aproxima. Líneas parten de las nubes de tormenta, y late una parte de mi cabeza ante la manifestación del poder real y único, una simple muestra de lo que somos.
Parten las líneas de mí y vuelven hacia mí. Yo soy el centro. El engaño, la muerte, la destrucción, la necesidad, todas partes del ser.
La pureza es insoportable, el ser humano necesita variedad, peligro y cosas prohibidas para sentirse deseado, en control de sí mismo, libre y amado. Todas cosas de las que carece, y por eso es autoindulgente consigo mismo y se permite pecar. Sabe que no es libre, sabe que no es amado, sabe que no tiene control de sí mismo, sabe que no es deseado.
Pero al menos, busca un consuelo temporal, aunque prohibido, que le haga sentir que aún conserva alguno de estos atributos.
Pero de todos estos atributos, el único que realmente vale la pena es la LIBERTAD.
Sin libertad hay necesidad de escape. Y la libertad es emanciparse de todo, incluso de uno mismo y fluir con el cuerpo y el alma como si fuesen agua, en la dirección necesaria y armoniosa del ser.
Y esta sociedad oprime, roba los frutos ajenos, los hace perderse en una red de burocracia donde los culpables nunca son visibles. Y los culpables se cuentan por miles, cada cual toma un pequeño pedacito, y cuando acaba la suma, no se sabe quién ha sido, pero falta todo.
Casi la mitad de todo por lo que trabajaís, va a parar a manos de otros. Y mayoritariamente a manos de los que más tienen, que son los menos agravados por el robo de aquel ente que dice que te representa pero jamás lo hace...
¿Por qué entonces me juzgaís, cuando os miro con desdén, desde mis violáceas líneas, desde mis vientos de tormenta, desde mis ojos llenos de lluvia y truenos?
Si eso es lo que sois...Seres rogando por libertad...escamoteando en lo prohibido y en el daño a los más débiles aquello que no os atreveís a pelear en contra de los poderosos.
Yo solo respeto a quien ansía ser libre, al solitario, y al que está dispuesto siempre a morir antes que caminar por un camino desgraciado.
La vida fue dada a condición de la muerte. Quien elige vivir sometido, no es un humano a mis ojos.
La libertad es la virtud más importante del universo entero.