
Hay dolores terribles y profundos como un océano, que permanecen en los fondos más oscuros del alma.
Desconozco aún los actos inhumanos, pero si conozco la ceguera y las hambres del alma que empujan a niveles inauditos de actos plenamente irracionales que no le traerán ningún bien a la persona.
Situaciones de estrés y dolor extremos, pueden empujar a las personas a cometer locuras que probablemente les persigan toda la vida, o les arruinen aquello que más valoraban de su vida.
Toda emoción (que no es más que tensión acumulada de estímulos ante los cuales no se ha podido responder adecuadamente, vengan del interior mismo de la persona o del exterior), cuando alcanza un poder suficiente, adquiere casi vida propia y parece poseer a la persona, al punto de que nada importa salvo dejar salir aquella tensión que se ha acumulado tan poderosamente en el cuerpo, obviando toda consecuencia desastrosa que pueda tener el liberar aquella energía acumulada que estaría por causar una crisis patológica de algún género.
Las personas más fuertes de voluntad mental, evitan aquellas tensiones a costa de su salud. Aquellos de voluntad más débiles, o lo suficientemente sabios para preservar la preciosa salud, intentan balancear sus vidas, y (como a veces la fortuna obliga con circunstancias impredecibles y terribles) cuando por cualquier motivo aquello es imposible dejan pasar esa fuerza arrolladora y luego hacen cuanto pueden por rehacer sus vidas.
Así como el cuerpo se desmaya en situaciones que no debería, y pareciera que genera un mal al hacerlo, pero ha generado un bien mayor desconectándose de la conciencia por el tiempo que lo ha necesitado para lidiar con la situación o para evitar un daño mayor…De esa misma manera funciona la psiquis ante los estímulos internos y externos que acumulan energía emocional que en exceso resulta dañina, y acaban generando una reacción adecuada para evitar un mal mayor.
Naturalmente muchas patologías criminales o anormales proceden de energía emocional reprimida, de falta de respuesta ante ciertos estímulos. El caso más común es la persona que registra muchas veces falta de respuesta a agresiones externas, y por eso acumula un enorme resentimiento.
El problema de la estructura mental es que al alcanzar la madurez y desarrollarse, comienza a funcionar la memoria de manera más eficiente, generando estructuras de defensa psicológica ante las diferentes situaciones que se presentan. En caso de situaciones irresueltas (falta de fluidez emocional) éstas acumulan y generan tensión por su cuenta, aún a niveles inconcientes, de ahí la razón por la cual hay personas que reaccionan ante situaciones que ven como análogas de su pasado (esto varía desde comportamientos específicos situacionales a comportamientos generales hacia todas las demás personas) de manera que parece irracional o excéntrica…Es su forma de liberar la tensión irresuelta, unos verdaderos generadores de energía emocional que seguirán funcionando mientras el golpe psíquico que motivó la adaptación defensiva a aquella situación no haya sido asumido y resuelto por cualquier vía.
Por lo tanto la única forma de superar un terrible dolor es asumiendo los motivos, las causas que llevaron a dicha situación, haya sido única o se haya transformado en un hábito patológico… Y asumiendo la necesidad que hubo de adaptarse, y que en el presente es absolutamente innecesaria dicha adaptación. Todo esto requiere un ejercicio de conciencia.
Vete de mí ya. Te he dicho suficiente. Ahora solo queda un dolor atenuado por el raciocionio y empujado por el deber.
L.
Cuiusvis hominis est errare; nullius nisi insipientis in errore perseverare
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