Lo diluye la salud
Con que salpicas tus vestidos
Vuelcan en el espíritu de los poetas
La imagen de una danza de flores.
De tu espíritu abigarrado;
Loco como yo estoy,
¡Te odio tanto como te amo!
Donde arrastraba mi atonía,
He sentido, como una ironía,
Al sol desgarrar mi pecho;
Tanto han humillado mi corazón,
Que he purgado sobre una flor
La insolencia de la Natura.
Para magullar tu seno perdonado,
Y hacerle a tu vientre asombrado
Una herida ancha y profunda,
A través de esos labios recientes,
Más deslumbrantes y más bellos,
Infundirte mi veneno, ¡hermana mía!
C. B.