martes, 12 de junio de 2018
DICTADURA
Mi odio por ti es más profundo que la
Noche
Y el vacío entre las estrellas palidece,
Derroche generoso de rabia silente
Resentimiento helado cual viento polar que
ofrece
Venganza entre susurros nocturnos
En una época repleta de islas crueles
Soy un fruto ansiando el árbol,
Soy la abeja moribunda nunca más
encontrando el panal
Soy el barco fantasma que nunca pudo
encender su fanal
Escucho el latido negro de mi corazón
gozoso
Como un río del inframundo cuyo oleaje
Se escucha cual gemido silencioso
Derramado en el silencio como un brebaje
Resbalando de a gotas que chapoteando
Parecen hincar diente en la profundidad de
tu cerebro
Abriéndose paso como agujetas en el
silencio funesto de la noche
Mi pecho me llama con voz profunda y leve
En mi alma siempre hay niebla y llueve
Más la tormenta se vuelve helada
Con cada gesto de resentimiento
Que me dedicas con harto sentimiento
Eres la flor de la muerte que se lleva la
vida
El vampiro que bebe la yugular de mi
tiempo
La partida que encierra mi juventud
matándola
Mi espíritu va girándola
Como un tornado de ahorcamiento y
desesperación
Soy la semilla que quiere florecer
La boca que quiere sonreír
El brazo que quiere proteger y acalorar
Soy el corazón cuyo latido precede la
emoción
La intensidad por vivir que ama el Sol
Tú eres quien sala la tierra
Cuya boca escupe veneno
Cuyo brazo empuja y rechaza
El corazón cuyo latido precede la furia
Y una lluvia de hirientes Verbos
La potencia del resentimiento ausente de
alegría
De un muerto que ansía llevar todo a su
hedionda tumba.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)