Ningún hombre encuentra su Igual
sin encontrar su Propia Muerte.
De las cenizas se alzan los instintos
como los únicos milagros que nos mantienen con vida.
Por esos milagros yo estoy vivo,
quien me sigue, sigue un camino de matanza,
y por cada instinto, prevalece,
un segundo más de vida para el espíritu.
Allí están las murallas
los arcos y las torres
de piedra negra y pura
débilmente iluminadas por refracciones
de la ceniza.
Allí mora el último Fuego.
Allí duerme lo único de mí.
Que me ata a este mundo.
Quiero morir...
Ahora.
L.