jueves, 25 de octubre de 2007
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¨Un hombre alcanza la Santidad cuando logra reconciliar lo divino con lo demoníaco. Uniendo todos los mundos que el Creador le ha dado, y que conforman la Naturaleza Interior. Es por eso que el más íntimo supuesto pecado; la sexualidad rampante; la violencia de la bestia que habita en nosotros; el llamado del ángel cuyas alas adornan nuestras espaldas; son todas partes diferentes de Aquél que nos hizo, a Su Imagen y Semejanza¨.
Tú que infundes al proscrito esa mirada serena y altiva
Que en torno al cadalso condena a un pueblo entero,
Tú que, para consolar al hombre débil que sufre,
Nos enseñas a mezclar salitre con azufre,
Mi pobre Musa, ¡ah! ¿Qué tienes, pues, esta mañana?
Tus ojos vacíos están colmados de visiones nocturnas,
Y veo una y otra vez reflejados sobre tu tez
La locura y el horror, fríos y taciturnos.
Necesitas, para ganar tu pan de cada día,
Como un monaguillo, manejar el incensario,
Entonar Te Deum en el que nada crees,
O, saltimbanqui en ayunas, desplegar tus encantos
Y tu risa humedecida de lágrimas invisibles,
Para dilatar las carcajadas de la vulgaridad.
¡Epa! ¿Vos escribiste eso? Un corazón roto es peor que la mutilación física solía decir una persona que conozco. Y tiene razón.
ResponderEliminarMe gustaría saber a quién está dedicado...
Un beso
Estefanía
pon tu mente en blanco un segundo con la frente baja,diras:"otro corazon roto".pon tu corazon abierto,con a frente en alto y diras... ahi esta la vida por delante...ahi esta el amor esperandome.
ResponderEliminarsuerte...
lola...