viernes, 30 de diciembre de 2011

Para Siempre


¿Y qué si quiero poseerte
una vez más gimiendo en mi falo?
con fuerza los brazos sostenerte
arrastrándote mientras impalo

Muchas rosas negras
en mi alma florecen,
tejidas en venenosas hebras
crecen, al son de mis pasiones

Rugiendo como los cañones
arde mi cuerpo llameante,
deseando consumir tu bosque
¡Ay el recuerdo ardiente!
recuerdo el sudor y el almizcle
poderosos afrodisíacos,
entrelazando nuestros cuerpos
con calores demoníacos,

Recuerdo las estrellas caer
en nuestro lecho,
recuerdo los sueños en mi pecho
dando alas a nuestro arder,

Y tus labios fogosos
cuya lengua acompañaba,
así oh, ¡orgasmos hermosos!
en los que tu mano ayudaba

Recuerdo inviernos más calientes
que el más feroz verano,
así pues cada vez que te sientes
recuerda aquello duro y lozano,
que tu espíritu calentaba
a la par de tu carne firme,
mientras mi mano acariciaba
rogabas verme
una vez más mientras desnudaba
este sol
en mi pecho,

¿Acaso puede un hombre ocultar un incendio?
ah, pero si de mi profunda noche el estipendio
nunca acaba al tratarse de amar
no nos separará océano ni mar,
me perteneces y te habré de penetrar;

No será, cual la noche penetra en el día,
ni cual el río en el mar,
como cuando tu cuerpo dormía
así te habré de tomar

Seré el volcán penetrando en el cielo,
seré furor y amor tomando tu pelo,
seré la espina del recuerdo al dormitar
seré aquel de cuyos besos jamás te podrás borrar,

Como una flecha quebrada y serrada
nos llevamos en el corazón
esta sangre en mi boca arde
sabor dulzón a mi amada.


L.

Per saecula saeculorm

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