que ocupas mis encantos,
cede tu nobleza
y destripa mis espantos,
Canta para mí,
sones de ceguera
eones en salmuera
hacen un corazón para tí,
En mi interior lo guardo
celoso como un celote,
y allí lloro y muerdo
intentando salir a flote
Pero ¡ay! corta es la vida
y larga la locura,
la Muerte es la cura
la más dulce partida,
Cerrar los ojos por un instante
y renacer fuera de los tiempos,
cual un intenso amante
revolviéndote en los adentros,
Tristeza mía, de dulces encantos,
como una flor dulce
a los pies de los santos,
derramo lágrimas extasiado,
y entre lo místico y lo encantado
soy el Amo de tus miradas,
tus ojos no resisten
mis formas alabeadas;
Únicos y persisten
mis enigmáticos pensamientos
te llaman ingratos
diciéndote "sentimiento"
Pero no, Tristeza mía,
vengas de noche, vengas de día,
eres una flor preciosa
y me recuerdas
los encantos de mi Diosa.
Ambas fuentes de inspiración,
cual sol naciente,
le inspiran una canción
a esta alma rebelde.
Anda y conmigo echa a andar
bajo mi lluvia de lágrimas
bajo mi profundo penar
sé mi Estigia, mi Leteo y mi final...
mi compañera fría, dulce y real.
L.
El dolor me recuerda cuán vivo estoy y camino, haciéndome dueño de los secretos con la mirada.
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