miércoles, 24 de abril de 2013
VIVIR ES MORIR
Ven Cielo mío
sean mis manos
dulce estío
de tus cantares malsanos
Ven Cielo mío
mis ojos el río
que al océano desemboca
témpano corazón de roca
derretido ante mi Dama
Roca fundida
ígnea amalgama
pasión enloquecida
la danza de la espada
Al igual que mi amada
me atraviesa con su filo
ella danza desarmada
me embelesa, en vilo,
Besa mi corazón en la fría aurora
al despuntar el día maldita hora
en que los sueños huyen despavoridos,
mis cabellos descoloridos
maldicen a Apolo,
mi furia invoca a Eolo,
¡Por el paraíso que visita
mi alma en mi lecho helado
al que mi corazón te invita
por toda la noche!
Elevo mi reproche
¡por mi negra cabellera!
que en los sueños ella era
alas hacia el arcoiris,
y allí donde Cipris
vierte su ambrosía
sobre corazones flameantes,
mis cabellos llameantes
entonaban poesía
¡qué triste es el día
a soñar tus ojos amantes!
No deseo despertar
¡sino soñar en el altar cipriota!
mi alma pena rota
sin sentir tu cantar
En este mundo donde ni el mar
vasto y profundo como es
no alcanzar inundarte ni una vez
ese corazón llameante,
ese beso ardiente,
tras el arcón
de tu pecho divino
De un envión supino
Morfeo, ¡me submerjo!
L.
Floruit