Corazón siniestro
cual un padrenuestro
en la negrura de la noche
blasfemo reproche
a Aquél En Lo Alto
Vocifero en contra-alto
canciones de amigo y enemigo:
soy el Barranco, me exalto,
que todo mato conmigo
mi odio el postigo
cerrando los ojos de la Vida
y ni la Setena Partida
purifica la humanidad
¡De nuestra sangre brota,
La Maldad!
Tu alma rota
perdida, sedienta,
ante el vicio no desalienta
ante el fuego no se calienta,
bostezando ante la tortura
arrastrando tu alma impura
por llanuras de eternidad
¿Cuando acabarán
infierno y bondad?
¿Cuando apagarán
la última candela?
Tu corazón anhela
el vicio más profundo
hundirías el Mundo
con tal de vencer tu Tedio
Cada día cae un poco
la muralla del oprobio
el humano el microbio
que aplastaría el loco
ensañado con los aires:
eres tú,
de Buenos Aires
Manitú
se sufrimiento
Gran Espíritu
demonio Exú
del sentimiento
que enardece el poseso
que florece el seso
hacia el cielo del homicidio
Paseas cual una tumba
tu andar ofidio
tu amar retumba
en tu veneno
que ni el galeno
interesa su cura,
Ignoramos tu locura,
para acrecentarla
para amamantarla
¡Ay! con un
corazón siniestro
cual un padrenuestro
malediciente reproche
en la locura homicida
de la noche.
¡Grita conmigo
aullando maldiciones!
Yo te despido
acuchillando mentales lesiones
asesinando tu sanidad
arrancando a mordiscones
tu odiosa humanidad.
Annus horribilis
L.
