viernes, 5 de abril de 2013

DOROTEA


Toqué una nota
en el templo de la destrucción
un alma rota
al ritmo de la masturbación

¿Te has dotado de tu dosis
esta noche, Doroteia?
tu ánimo sepulcral
opaca los frívolos "oscuros",
tu sonrisa estepa, páramo y erial

¿Te han pedido tu número
esta noche, Dorotea?
tu respuesta, empero,
tu estertor, cual vagido
de un demonio, es el tono conquistador
que aleja los patéticos danzantes

¡Tus rizos rubios
son sólo míos, Doroteia!
soy filas, Dorotea,
filas de demonios
altos y negros como nubios
apretando sus lanzas bajo tu mirada,

En éste infierno funesto
de luces, música, exaltación
vine por ti, apresto
a tu dulce traición,
Doroteia rizos rubios
cúbreme con tus besos un manto,
bebe las semillas de mi llanto
rojas como la culpa y la peste;

¡Mi Doroteia pupilas blancas,
colmillos fríos, hendidura helada!
menguando entre mis brazos te veo
tu sonrisa infausta,
tu susurrar perentorio;
y el grito de fondo
de tus indeseables víctimas
pululando su hondo penar,
en tu espíritu, profundidades loables.

Juntos reímos de quienes danzan
hasta la coronación de la aurora;
este magnífico comedor,
que ellos llaman pista,
hasta donde llega mi vista
complacen mi ánimo destructor;
cada movimiento, me incita,
las danzantes me enardecen,
su lujuria me subleva
¡Ah, tantos placeres hacinados!
elevan mi sed
¡Y me enaltecen!

Oh Dorotea, bésame por esta noche,
baila conmigo,
hoy no talles más fantasmas a sus tumbas,
deja que envidien a los ángeles de la Muerte,
surcando entre sus mares de carne,
nos abrirán un espacio,
un pasaje digno de alabanza;

Tendrán  envidia de lo que les mata,
tu belleza, Dorotea,
no tiene límite ni par,
y tu sed es más profunda
que el más penetrante mar.

L.

abyssus abyssum invocat