viernes, 3 de mayo de 2013

MUERTE EN LA MADRUGADA


Despertar en la caricia de la muerte
en la solitud absoluta de la madrugada
es un vacío, un puñal, una espada
fría y desesperante cual fin de la suerte

El beso del Hades es frío e inexorable
la parca, jueguetona, cual una niña con muñecas tísicas
va caprichosa, entre bromas cínicas
riéndose, acariciandóme en el lecho deleznable

¡Y te ríes! eres cruel cual ave de presa
mi espíritu suave, mi sangre espesa,
te claman, salvadora
no juegues conmigo, no, mi exterminadora...

Escucha las elegías de mi corazón sincero
que entonan un canto más allá del Ténaro
en tí pervive cuanto espero
en tí mi pecho se enerva como el pájaro
frente al sol de la aurora helada
tú eres mi consuelo, mi negrura amada...

¡Aléjame del odiado sufrimiento!
sé que tus dedos son suaves, arrebatan el aliento,
sé que tu mirada fría apaga el desaliento
y que tus ojos son la sonrisa
del Creador.


L.

Semper tuus

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