martes, 10 de abril de 2007

LA BELLA


Yo no tengo por amante una "leona" ilustre:
La usurera, de mi alma, empeña todo su brillo;
Invisible a las miradas del universo burlón,
Su belleza no florece sino en mi triste corazón.


Para tener zapatos ha vendido su alma;
Pero el buen Dios reiría si, cerca de esta infame,

Yo posara de Tartufo y remedara su altura,

Yo que vendo mi pensamiento y quiero ser autor.


Vicio mucho más grave, ella lleva peluca.
Todos sus bellos cabellos negros han huido de su blanca nuca;

Lo cual no impide que los besos amorosos
Lluevan sobre su frente más pelada que un leproso.


Es bizca, y el efecto de esta mirada extraña
Que sombrean las pestañas negras más largas que las de
un ángel,
Es tal que todos los ojos por los que uno se condena
No valen para mí lo que sus pupilas de judía, ojerosa.


No tiene más que veinte años; el pecho ya fláccido
Pende de cada lado como una calabaza,
Y sin embargo, arrastrándome cada noche sobre su cuerpo,
Cual un recién nacido, yo los succiono y los muerdo;


Y si bien ella con frecuencia no tiene ni un óbolo
Para frotarse la carne y para ungirse los hombros;
Yo la lamo en silencio con más fervor
Que Magdalena fogosa los dos pies del Salvador.


La pobre criatura, por el placer sofocada,
Tiene roncos hipos en su pecho hinchado,

Y yo adivino, por el ruido de su soplo brutal

Que ella con frecuencia ha mordido el pan del hospital.


Sus grandes ojos inquietos, durante la noche cruel,
Creen ver otros dos ojos en el fondo del callejón,
Porque, habiendo abierto mucho su corazón a cuantos llegan,
Tiene miedo a oscuras y cree en los aparecidos.


Esto hace que de sebo ella consuma más libras
Que un viejo sabio acostado día y noche sobre sus grimorios,
Y lamente mucho menos el hambre y sus tormentos
Que la aparición de sus difuntos amantes.


Si la encontráis, grotescamente ataviada,
Deslizándose en la esquina de una calle perdida,
Y la cabeza y la mirada baja como pichón herido.
Arrastrando en el arroyo su talón descalzo,


Señores, no escupáis ni juramentos ni injurias
Al rostro pintarrajeado de esta pobre impura
Que, la Diosa Hambre, en una noche invernal,
Ha obligado a recoger sus faldas al aire libre.


Esta bohemia es mi todo, mi riqueza,
Mi perla, mi joya, mi reina, mi duquesa,

Es la que me ha mecido sobre su regazo vencedor,

Y la que entre sus dos manos ha caldeado mi corazón.



Charles Baudelaire - Poemas Varios - Poema VII
1843.




¿Porqué este poema particularmente del Maestro? Pues la respuesta es simple, me siento identificado con él...Al igual que Baudelaire, me gustan los extremos. Me gustan las mujeres monstruosas o sobrenaturalmente hermosas. No tengo puntos intermedios cuando encuentro atractivo sexual...

Así que pues, amaría a un monstruo como ese.






L.





4 comentarios:

  1. Pues no está tan mal, debo admitir.

    Yo también me considero un hombre de gustos extremos, por eso amo a una criatura de belleza sobrenatural.

    En fin... Hoy zafaste =P.

    Éxitos.

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  2. Este poema en particular, tiene un no sé qué que me hace sentir extraña.
    Me gusta cómo está escrito, tiene una magia. O quizás es el acompañamiento musical que tengo detrás.

    I like it. A lot.

    Un beso, Lucas. Portate bien.
    Suerte!

    StéphanieLi

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  3. Salu2, agradable poeta.
    El maestro Baudelaire la verdad q tiene eso fatídico extrañamente hermoso... hondamente repugnante y tierno a la vez...
    Creo q yo no lo titularía " atracción sexual" , más allá que la poesia se dedique exclusivamente a detallar los momentos de un acto sexual , claro está....Lo titularía AMOR.
    En filosofía me han recordado (porq lo sé desde ace ya 5 años largos...)que el amor es lo inestable y por lo cual uno movería montañas y universos enteros....Más, la razón no lo contempla así:Pje pero weno...he ahi a Baudelaire enamorado??? yo lo tomo de esa manera..
    Le deseo lo mejor de las dimensiones.
    Cierro mi boca ignorante para oir a los sabios
    Auf wiedersehen!

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  4. Parece ser una característica muy suya el ser amante de los extremos. A mi me encantan los extremos pero no tanto físicos como espirituales/intelectuales. Me brindan desafíos constantes.

    Y eso hace que no me aburra ^^

    Volviendo al poema, me gusta lo que vas poniendo de Baudelaire, tiene demasiada fuerza. Me agrada y desagrada al mismo tiempo, con el obvio resultado de atraparme de principio a fin.

    Bueno basta de cháchara, en fin, el post me gustó mucho ^^

    Se te quiere, adiós!

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