Enanos viejos como la roca,
pulidos y de gran boca,
su dureza es una montaña
en el occidente de esta tierra extraña
me albergan con grilletes para entregarme
a lo que los Dioses decidan fiarme
En ruinas está el castillo
construído con buen corazón,
se derrumba desde el altillo
por el destino o por la razón,
la muerte rezaga a las grandes empresas
la ignorancia y la violencia, espesas,
reinan como nubes allende mi bosque
Cuatro jueces severos
flanqueaban la relevada roca de historias,
lloraban sus almas pasadas glorias
penando de venganza hacia la Buena Gente
Mi corazón pena siente
sombras de crimen y venganza
la luz del mundo no alcanza
el tamaño de tanta oscuridad.
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