martes, 1 de mayo de 2007

Mi musa estaba sentada,
sin decoro,
coqueteando con una espada
cuya empuñadura era oro

Mi musa estaba sentada
sobre mi corazón, con la espada,
un sueño mío, volaba, tenue tesoro
delicado flotaba, mi sueño de oro

¡Ay y la musa! cruel como es
caminando por la noche te distraés...
Y burbujas son atravesadas
con un filo digno de Numidas
atravesando corazones Romanos

Cierranse los dedos de mis manos
ante la inmensa belleza de la noche
¿Existo? me pregunto a veces,
cortado por un melancólico reproche
y apesumbrado por el futuro que con creces,
promete crueldad e indiferencia

¿Existo?
es una pregunta tan antigua
y aún realmente no ha sido respondida
ni por un Hermes Trimegisto
y su respuesta harto exigua...
Mi alma aquí escondida
entre estos cuatro ventrículos
encuentro escasos vehículos
y caravanas seguras para llevar
su amor lejos a quién le habría de aceptar

Me despierto execrando
abro los ojos con un Ares Trimegisto
y ardo, consumiendo todo mi flogisto
hasta que logro, olvidando,
con la furia de la vida, ignorarte un rato
¡Musa infernal! ¡Demonio de poemas!

Tus palabras, musa, son una eyaculación
que acaba con las fuerzas de mi cuerpo, al descargarse.

Tus palabras, musa, son destrucción
y es preferible al agonizarte, morirse,
antes que soportarte
hacerme grande
y destrozarme
sueño a sueño

Me inspiras tanto como me matas
me encuentras
tanto como me pierdes
Me permites un sueño como el de Jerjes,
Y me entregas a su derrota con prisa
¿Tan solo tal vez, para tu risa?

Demuéstrame que existo, que importo,
que pincho, que corto,
que puedo poner a alguien de rodillas
en otros lugares que no sean tan solo mis pesadillas;
en lugar de vivir arrodillándome
quiero soñar que ya no lo hago
y que soy una voz escuchada
y una persona querida
apreciada
por lo que es

Y que me es
pues
dada una utilidad,
espiritual
laboral
intelectual

Soy especial


¿Debo marchar solo
y hacerme cenizas con el mundo,
o estaré en los poemas
de alguien menos torturosa que no sea mi musa?




PD: ¿Porque la musa, del inconciente, siempre es tan tanática? ¿Porqué detenerla cuesta tanta ayuda ajena?



L.




No hay comentarios:

Publicar un comentario