domingo, 6 de septiembre de 2015

DRAGON DURMIENTE

“I am accused. I dream of massacres. I am a garden of black and red agonies. I drink them, Hating myself, hating and fearing. And now the world conceives Its end and runs toward it, arms held out in love.” —  Sylvia Plath, Three Women: A Poem for Three Voices:

Atrapado sin salida
De pasajes estrechos donde la furia es prohibida
Donde la sangre no lava los pecados
Ni derrota las injusticias como los pasados
Donde el honor reinaba y las armas vencían
El estancamiento
Donde las almas sufrían, y los demás morían,
Reinos de remordimiento
Cuyo destino eran las cenizas.

Hoy son imperios de concreto y acero
Inmortalizados y divinos
De corrupción inmutable y lupinos
Bajo cuya sed de carroña yo muero.

Niegan una y otra vez a quienes en armas se alzan
Como excepciones o síntomas no sistémicos,
Cuando somos las victimas del triunfo de los epidémicos
El reino de los que cansan,
Los que roban sin descanso, los que niegan, los quietos,
Los siempre injustos y correctos.

En mi mano tengo la última carta: El dragón durmiente.
Te conozco como el fuego de mis venas
Y la pasión de mi alma ardiente
E invencible.

Despertar el dragón es el máximo potencial
Es abrir los ojos al límite, y la sangre fluyendo como la luz, excitada de lo fatal
Los músculos tensados como los Olímpicos a punto de derribar el Mal,
He aquí la muerte habitando en mí, fluyendo en mí, durmiendo en mí,
Por un ruego de Justicia, despertar el dragón
Por un ruego de providencia, despertar el dragón
Por un ruego de La Cuenta, despertar el dragón.

Regar y segar muerte, sangre salpicada y fluyendo en torrentes
Por las escaleras;
La corrupción exhalando sus últimos suspiros,
Partiendo de sus clavículas al éter de los infaustos;
La corrección final, el miedo de pecar y ser injustos,
¡Son los gritos del honor los ruidos de los disparos!
¡El terror se cierne sobre los malvados, ocultos en su cobardía burocrática,
En su perversión de la Ley, en sus atajos y privilegios siniestros!

Traeré el dragón como viene Santa Rosa,
Tronando de ira
Inexorable como el agua
Inmisericorde como el viento

Jamás me someteré a vuestras disposiciones contradictorias
Jamás me someteré a vuestras injusticias
Jamás aceptare menos ni más de La Cuenta
Jamás
Me
Someteré

Y si me viere sometido
Si me viere prometido
Si me hundiere sin más sentido
Que la ganancia de los quietos,
Antes llamarles muertos
Victimas del Fuego limpiador.

Regar y segar muerte, sangre salpicada y fluyendo en torrentes
Por las escaleras;
La corrupción exhalando sus últimos suspiros,
Partiendo de sus clavículas al éter de los infaustos;
La corrección final, el miedo de pecar y ser injustos,
¡Son los gritos del honor los ruidos de los disparos!
¡El terror se cierne sobre los malvados, ocultos en su cobardía burocrática,
En su perversión de la Ley, en sus atajos y privilegios siniestros!
Por una década,
Amen.

Sangre fluyendo en torrentes, bajando por las escaleras,
Piso a piso, testimonio que la Justicia late y vive,
Vivas o mueras, lo inmortal sigue, tu espíritu vive
En aquello que más esperas:
Un mundo más justo y mejor

En un reino de injusticia y dolor
El dragón duerme un letargo palpitante.
La primicia de su ardor
Signo de su despertar inquietante,
Se debate y quema en una advertencia ignorada
De la masacre
Que se aproxima.

L. 

I am accused. I dream of massacres. I am a garden of black and red agonies. I drink them, Hating myself, hating and fearing. And now the world conceives Its end and runs toward it, arms held out in love.Sylvia Plath, Three Women: A Poem for Three Voices


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