martes, 13 de septiembre de 2016

NOCHE DE INOCENTES


Un té apenas caliente con mentoles,
una luna apenas visible,
un viento ostensible,
y los perfumes primaverales

Una ciudad dormida
y apagada

Las obras acabadas hablan maravillas de sus creadores
la noche borra toda pista de los sinsabores
no está exenta de corrupción el arte 
de la construcción,

Los espíritus se inquietan en sus moradas
aúllan con el viento frío
sus coletazos un río
de melancolía y alegrías pasadas

En estos pasillos se pierde mi alma bípeda
la mirada ausente pierde su atención intrépida
por una vista encendida a la vez que
enlutada

Mirar de noche un mundo que no existe, sin fines,
una selva devenida en pacífico claro,
los perfumes volviéndose un faro
que llama a descansar a pierna suelta en los jardines

El Sol borra toda huella de esta esencia
los humanos carentes de ciencia
avasallan la magia de la noche al despertar,
el perfume por el smog se deja avasallar,
el ruido ahoga las peleas de los gatos
y el susurro cambiante de los vientos

Nada queda más que melancolía
al alzar Febo un nuevo día
en este mundo artificial y corrupto
sólo deseo que mi final sea veloz y abrupto

Las lenguas vuelven a maldecir las almas buenas,
las mentes a buscar los caminos repletos de maldad,
los bienintencionados encuentran sus numerosas penas,
y los condenados ejercen su profesionalidad,
todo ello es la obra del día, consumándose al finalizar,
las peores obras se inician poco antes
del manto bendito de la Noche

Es por esto que elevo el reproche
ante el día: refugio y forja de pecados y crímenes,
yo pertenezco a la Noche, a la oscuridad silenciosa
y respetuosa,
pertenezco al susurro suave y al perfume ínclito
que llaman a la calma y la trascendencia
pertenezco a los pasos livianos bajo la luz lunar,
pertenezco al fresco arrullo que por las noches da el mar.

L.

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