sábado, 1 de diciembre de 2007

PROGRESO



Hay miedo en cada paso que cuento
funesta ira traen los cantares
en el viento
como si estallara por fin Antares
en un altar de fuego eterno.

Setenta y dos poetas del averno
armados de sílabas enoquianas:
son los jueces del infierno
que hacen canciones insanas
repitiendo el fatuo
repetir del hombre
sobre los colores que generan colores
y generan dolores
y un eterno hambre.

Engalanados están sentados
galardonados en sus industrias
nombrados como los odiados
perdidas sus almas en pasiones mustias
obsesiones que arden por nada
y mueren por un poco más.
Todo lo pierden al llegar a la tumba.

Y para ellos, el alma, vacía de ánima
venderla por un céntimo más valor
por el eterno favor
del rey que todo lo anima
señor de la materia
que se descompone por siempre
Rey del último mundo.

El oblicuo camino de la gloria
implica el más duro trabajo
arrancando de cuajo
con guantes blancos el trabajo
de otros.

Tanta exuberancia por un camino oblicuo
pareciera de una belleza inocua
como un ignorante admira una najarda
y mira con ojos de belleza
los ojos de la muerte.

L.