domingo, 24 de agosto de 2008

SOBERBIA

Sol y Luna,
Un sueño de acero
Luna y Sol,
Un sueño sincero
de Amor Verdadero.

Un sueño frío como el acero
Nulo como un cero
Helado en nieve de cerro,
El Sol no era de fuego;
La Luna no era de agua;
El cielo estaba de Muerte vestido
Y el Sol aplastó las flores, y mi cerebro.
Y la Luna, cruenta Luna, en cuatro
Cortó mis ventrículos
Y se llevó
Mi alma
Hacia lo más profundo
De la silenciosa Noche.

Intensos astros que guían el ser
Uno habla de amor y lealtad,
Otro habla de secretos y placer,
¿Quién hubiera creído en la deslealtad
del frío acero?

Y al fin y al cabo
El gato con botas
El firme trasero del pecado
De moral y misterio engalanado,
Al Infierno se llevó mi alma,
Inocente que no peca
Exprimiendo mis ánimos
Como naranja seca.

Así es el falo el cetro
Y la vagina la corona;
Que ni aún mojada
Pudo regar de mi alma el Jardín
Ni completar mi mitad del Dîn;
Penetrando a punta de espada
Perdimos cuerpo, perdimos espíritu,
La razón se voló
Y las ganas se enterraron para siempre.

Si hay un epitafio
Si hay un adiós
Es porque hay una voz.

En las condenas no hay voces
No hay recuerdos,
Ni futuro,
Solo están los roces
Que las fantasías gentilmente extienden;
Como los mozos los maníes
Que nos dan una sed
Impagable e insaciable.

Crucificado por su sueño propio
Un corazón llora y se apaga;
Mientras el Falo lo azota
Para que persiga al Pecado
¡Ay Pecado!
Tu culo firme es como un rezo
Y tus tetas puntiagudas una exaltación,
Tus gemidos fueron mi perdición
Derramando semen espeso.

Pobre Corazón,
Intentando florecer en un suelo
Salado de lágrimas
Carente de Sol;
El consuelo de las faldas
Se acabó.
¡Fuera Pecado!
Te echo luego de que me echaste ya
Nada limpio queda de mí por ensuciar
Ni dignidad queda por perder
Adiós Luna, adiós Sol
Adiós Cetro, adiós corona;
Rey ya no soy
Ciertamente no el tuyo, Pecado
Ciertamente no reino
Ni sobre Mí Mismo.

Oh, Dios
No te apiades de mi soberbia,
Me perdí porque así lo deseaba
Yo seguí la carne y maté el alma
Yo elegí los gemidos por sobre los cantos,
Yo elegí los llantos por sobre las sonrisas,
Yo me condené y acallé lo divino en mí,
Y acabé más que cualquier hombre
Acabé
Y Acabé
Y volví a acabar.

Sí, Dios
Y no me arrepiento.

Estoy muerto,
Y muerto permaneceré
Andando en la cáscara vacía
Por el bulevar de los sueños rotos
Lluvías de apatía
Crueldad injustificada
Y un cielo infinito en su rencor y odio.

Dale final.
Si eso deseas.



L.



Deus Vult.

No hay comentarios:

Publicar un comentario