deseo cabalgar al costado de Genghis Khan
destructor de universos
salvador de mundos
estómago salvaje de hambre
derribando cuanto más alto se grita
estandartes de gloria invicta
escucho el aullido escalofriante del lobo
en mi corazón ennegrecido,
yo era puro de esencia y modo,
de luminosa presencia
y juiciosa distinción
habré de apurar copiosos sentimientos
desbordados y ahogados,
bajo un océano de furia,
dotado y abarrotado de flotantes hielos
negros como el rencor y afilados como el odio
continuo es el progreso
hacia un eterno declive
gloriando la muerte que vive,
peno y rezo por contener un día más
ruega lavar el honor con los ríos del tártaro,
en mí convive el grito del bárbaro
con el silencio de la parca,
cuando mío enfrente veo un garca
de celestes ojos e hipócrita sonrisa
que sucede son sonrisa,
en ese exorcismo
donde la negrura más cerrada y fría
abandona el cuerpo tras una carnicería.
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